Destacados

Movilnet, un barco a la deriva

 



"Capitán, ¡se hunde sin remedio!" gritó el oficial a su capitán mientras corría desesperado fuera del puente de mando. "¡Sálvese quien pueda!" gritó un segundo tripulante antes de correr en la misma dirección del oficial.

Ante toda esta escena, el capitán del buque se quedó mirando, como hipnotizado, como todos los controles de la nave empezaban a apagarse, quedando esta a la deriva y sin control.

Abajo, en la sala de máquinas, los tripulantes de la nave gritaban con las manos en la cabeza mientras intentaban alcanzar la salida, el agua entrando sin pausa, pero sin prisas, por las fracturas que había sufrido el casco, después de haber acariciado con la velocidad suficiente un tempano en medio del mar.

Pronto, nadie de la tripulación, sólo el atontado capitán, permanecía a bordo del barco.

Pero no era así para los pasajeros, que disfrutaban de la música y de las constantes proyecciones cinematográficas de tiempos mejores que aparecían en las grandes pantallas del salón principal del crucero.

Alardes de logros hace tiempo añejos, de mejoras inexistentes y de renovaciones ficticias acompañados de buena música distraían a los pasajeros, que no se percataban de que se hundían lenta e inevitablemente junto a aquel amado y abandonado barco.

Cuando se dieron cuenta ya era tarde. Cuando el agua empezó a mojar sus tobillos, reaccionaron espantados y en seguida empezaron a gritar y a correr, buscando con desesperanza una escapatoria al inminente desastre.

Las copas de pronto perdieron su lujoso resplandor y dejaron ver sus manchas y sus cristales resquebrajados, la pantalla con las gloriosas proyecciones cayó al suelo dramáticamente, para morir de un cortocircuito en las aguas cada vez más altas.

Pronto hubo silencio.

"¿Aló? ¡¿Aló?! ¡Se cayó la llamada otra vez!" Dijo Carolina, usuaria de la operadora pública venezolana Movilnet, mientras miraba con frustración la pantalla de su teléfono. Carolina pasaba más tiempo desconectada que conectada, pues si no era que no caían las llamadas, era que pasaba días sin poder recargar saldo, debido a que cada plataforma de pago disponible en el país le repetía una y otra vez que el pago no había podido ser procesado.

 Su esposo, usuario de la competidora privada Movistar, le reprochaba una y otra vez su decisión de permanecer atada al servicio de la telefónica estatal, quejándose por centésima vez que "desde Movistar ni siquiera salen las llamadas a tu número, es como si no existieras... ¡Cambiate de una vez, coño! 


Señores pasajeros, háganse un favor, abandonen el barco

No entiendo en realidad cuál es el motivo por el que muchos venezolanos siguen confiando en el cada vez peor servicio de Movilnet. Muchos dirán que es la economía, pero no creo que tenga sentido gastar menos dinero en una plataforma que simplemente no sirve.

Y es que de verdad no es sólo que el barco se hunde, es que definitivamente parece estar completamente abandonado.

Hace poco, después de intentar por segunda vez hacer una recarga que hice a un cliente y de que se me descontara el monto recargado sin que la operadora lo acreditara, decidí recurrir al canal deWhatsapp destinado a mi área para hacer el reclamo correspondiente.

La conversación no fluyó precisamente del mejor modo. Les dí los buenos días y les expliqué con el mejor detalle posible el problema, pero no hubo respuesta.Todavía no me habían respondido cuando el dinero fue devuelto automáticamente a mi cuenta, así que con la misma buena vibra de un viernes a las 10 de la mañana, les envié un nuevo mensaje dándoles las gracias (por nada) y avisando de la devolución de mi dinero.

Casi una hora después de haber hecho mi reclamo, y media hora después de haberles avisado que se había solucionado todo, recibí mi "respuesta".

"No es el titular", decía el mensaje, sin dar señal de si era una pregunta o una respuesta. No hubo un buenos días, un "por favor", o nada que me indicara que había un humano del otro lado de la conversación.

Confundido, seguí explicando que no lo era, pero que como había sido yo el autor de la recarga y el otro usuario no era muy ducho en estos temas de las computadoras y reclamos por redes sociales, me había decidido a hacer yo el reclamo.

"No puedo dar información" volvió a decir el bot...


  Bueno, no se si era un bot, pues hasta Cati, la asistente virtual de CANTV, sabe cómo pedir el favor y dar los buenos días. Lo cierto es que no me quise contener y decidí dejarle claro al bot cómo se debe hablar a un cliente. Digo, si es Inteligencia Artificial estoy seguro de que no será difícil indexar estas instrucciones a su base de datos de respuestas automáticas.

Atención al cliente Movilnet
Dando clases de buena educación al "bot" de atención al cliente en Movilnet Guárico

 Al final, el bot parece que comprendió el mensaje e intentó darme una respuesta más cordial y adecuada. Claro, quizás siempre tuvo razón, es política de esa gente no resolverle problemas a los que no sean titulares de la línea (si el titular es discapacitado y no puede chatear con ellos por equis o ye razón pues que se jorobe), pero a mi que me lo digan como es debido, porque no le estoy molestando porque me da la gana, lo hago porque gasté mi dinero en su servicio público.


Total que molesté y me molestaron de gratis, porque el dinero se devolvió y la recarga nunca se hizo efectiva. Pero de inmediato le dije a mi cliente que prefería no volver a recargar números Movilnet, porque no me gusta tener que molestar a quienes no quieren atenderme.

Y así ha sido, desde ese momento a todo el que quiere recarga Movilnet le sugiero lo mismo que a ti si usas ese proveedor y todavía no te cambias. 

No te hundas, abandona el barco mientras estés a tiempo... No tienes nada que buscar allí más que disgustos y dolores de cabeza.


Comentarios

Entradas populares