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Movilnet, un barco a la deriva

  "Capitán, ¡se hunde sin remedio!" gritó el oficial a su capitán mientras corría desesperado fuera del puente de mando. "¡Sálvese quien pueda!" gritó un segundo tripulante antes de correr en la misma dirección del oficial. Ante toda esta escena, el capitán del buque se quedó mirando, como hipnotizado, como todos los controles de la nave empezaban a apagarse, quedando esta a la deriva y sin control. Abajo, en la sala de máquinas, los tripulantes de la nave gritaban con las manos en la cabeza mientras intentaban alcanzar la salida, el agua entrando sin pausa, pero sin prisas, por las fracturas que había sufrido el casco, después de haber acariciado con la velocidad suficiente un tempano en medio del mar. Pronto, nadie de la tripulación, sólo el atontado capitán, permanecía a bordo del barco. Pero no era así para los pasajeros, que disfrutaban de la música y de las constantes proyecciones cinematográficas de tiempos mejores que aparecían en las grandes pantallas del

¡Esa es mi compu... papá!


Este que aparece en la foto es un espacio provisional que habilité para reparar equipos sin dejar mis trabajos de redacción. El monitor es de mi madre, en la netbook Andrés ve sus comiquitas, si estoy usando el PC principal.

Hace un par de días se nos ocurrió la idea de conectar este monitor secundario a la Netbook, y Andrés pudo ver los videos de Blippi a dos pantallas como todo un friki de la computación. Todo era risas y diversión hasta que tuve la necesidad de usar otra vez el monitor para otro servicio técnico.

Andrés llegó, pidió los videos y se molestó cuando vio que sólo se veían en la pequeña pantalla de la netbook. En seguida empezó a reclamar, en su idioma, que los videos se vieran también en la grande. Elizabeth le explicó lo que pasaba, que su computadora era la pequeña y que papá estaba usando la grande para trabajar.

“No. papá no... ¡Bebé! ¡Bebé!”, respondió Andrés. Mamá desconectó entonces el monitor y lo volvió a conectar a la mini, proyectando otra vez el video y la canción de la excavadora a pantalla grande. Andrés asintió con la cabeza y dijo una vez más “mío, ¡bebé!” y salió del estudio...

Cuando llegué de hacer unas compras rápidas, no tuve más opción que sentarme a hacer cualquier otra cosa mientras Andrés se aburría de ver videos en su monitor, antes de volver a trabajar 🙄.

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